CABO SAN VICENTE, ultimo superviviente de los viejos liners, que durante décadas cubrieron el tráfico marítimo emigrante a Sudamérica, asistió en Grecia a la boda de los entonces príncipes Juan Carlos y Sophia, alojando a la delegación española, cubrió en épocas de verano cruceros por el Mediterráneo, fue vendido a una compañía India en 1977, llevando peregrinos a la Meca, buque de recuerdos para muchos españoles que en el pasaron sus primeros momentos en la mar.
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